Diario de un anónimo.
El domingo pasado decidí hacer algunos cambios en mi cuarto, darle algo más de color y organizar bien los tiliches que tengo. Primero me dispuse a sacar todo; cajas, tocador, cama, tele… en fin, todo. Y una vez despejado el cuarto, ahora sí a la barrida y trapeada. Y ahí estaba yo barriendo donde minutos antes se encontraba la cama, cuando noté algo raro. Dos pisos estaban sueltos, casi en la esquina del cuarto, justo en el lugar que correspondía a mi cama. Me acerqué, retiré uno de ellos y cuál fue mi sorpresa al ver que bajo este se encontraba un viejo libro, algo empolvado y amarillento. La curiosidad me invadía. Le eché un vistazo rápido a su contenido y me di cuenta que mi primera impresión había sido errónea, no era un libro, era un diario. Pero no veía el nombre del dueño por ningún lado… ……………………………………………………. Viernes 16 de Noviembre De nuevo es viernes, últimamente el tiempo ha pasado demasiado rápido, al fin tengo algo de tranquilidad en mi vida… El recuerdo de ella ya no vaga...