Deconstruyendo tu identidad.

 Hay una película que salió por allá de mis 20's que recuerdo que me encantaba ver en aquellos años. Era una comedia romántica con Ryan Reynolds y Amy Smart, Solo amigos. La historia en sí es cursi, pero a mí me gustaba mucho por otra razón particular. 


En esta película, Ryan interpretaba al típico chico atrapado en la friend zone y deseando dar el siguiente paso con su amiga, la chica de sus sueños. El problema era que Ryan era el amigo tímido, con grandes inseguridades y un sobrepeso considerable, y aunque Amy lo apreciaba mucho, no veía en él a una pareja en potencia. Hasta que años después, él regresa a la ciudad completamente transformado. Ahora es un hombre exitoso, en una gran forma física y tan seguro de sí mismo que pudiera estar con quién desee, pero él está dispuesto a conquistar a quien alguna vez lo rechazó. Y aquí es cuando empiezan los contratiempos.


Lo que me atrapó de esta historia era la transformación que vivió el personaje de Ryan, quizá en esencia, aunque motivados por situaciones muy distintas, la misma que vemos con Heisenberg en Breaking Bad. 


¿Cómo puede cambiar tanto un ser humano?, ¿es posible que podamos reinventarnos?


---------------------------------------


"Nuestra rutina cotidiana, los pensamientos y sentimientos de siempre, perpetúan el mismo estado del ser, el cual crea las mismas conductas y la misma realidad. Si queremos cambiar algún aspecto de nuestra realidad, tenemos que pensar, sentir y actuar de nuevas formas, tenemos qué convertirnos en otra persona y crear el nuevo estado mental necesario para crear una nueva realidad.


Si deseas obtener un nuevo resultado, debes suprimir el hábito de ser el mismo de siempre y reinventarte".


Joe Dispenza.


---------------------------------------


Suprimir el hábito de ser el mismo de siempre...


Recuerdo que durante mi adolescencia y principios de adultez temprana, viví una larga etapa en la que deseaba fervientemente cambiar de piel, transformarme. Mucho por el disconfort que tenía con ser quien era, con mi identidad, y también muy inspirado en aquellos personajes con los que crecí que me mostraban que se podía hacerlo. Crecí viendo que Balboa pasó de ser un don nadie a ser el campeón del mundo. Leía como a través de entrenamientos físicos y mentales que más parecían torturas, Kalimán se transformó en hombre con dominio total de sí. Y vi también en muchas ocasiones como Van Damme se sometía a rigurosas preparaciones en su búsqueda por alcanzar el siguiente nivel de desarrollo.


Y todas estas transformaciones tenían algo en común, y no era el cambio físico, porque el cambio físico era un efecto colateral. Ellos siempre emergían de estas etapas de cambio con un nuevo semblante, una nueva identidad. Pero aún así, todo aquello no dejaba de ser ficción, hasta que conocí la literatura que hablaba de ello, casos reales que evidenciaban que aquello existía y que cualquiera con la determinación suficiente y el sistema adecuado, podía conseguirlo.


Hoy entiendo que quiénes somos ahora, nuestra identidad, la construímos desde nuestra infancia, adolescencia y evoluciona a lo largo de toda nuestra vida. Y ya en nuestra etapa adulta, está constituída por una combinación de experiencias, creencias, valores, pensamientos y emociones, hábitos y comportamientos, relaciones e influencias externas, y hasta incluso el cómo nos vemos a nosotros mismos, nuestro autoconcepto.


Nuestra identidad no es estática, no existe el "así soy yo" en un sentido de inalterabilidad. Somos lo que hacemos, y hacemos lo que pensamos. Y nuestro actuar retroalimenta nuestros pensamientos y emociones; por lo tanto, somos lo que pensamos. Y si queremos romper este círculo tenemos qué educarnos y obligarnos a pensar diferente; y en consecuencia, actuar diferente, para que así el círculo de retroalimentación sea virtuoso y esté dirigido a nuestro objetivo, nuestro ideal propio.


Hay momentos en nuestra vida en los que es necesario observarnos desde una perspectiva más amplia. Evaluar nuestro comportamiento y los resultados que estamos obteniendo en todos los aspectos. Entender que la calidad de nuestra vida depende en gran medida, de la calidad de nuestros pensamientos. Observar qué y cómo pensamos nosotros la mayoría del tiempo. Y estoy seguro que en esta evaluación, identificaremos algo que debamos cambiar, algo que implique dejar de hacer lo que hacemos ordinariamente, suprimir el hábito de ser los mismos de siempre, y con ello, deconstruir nuestra identidad y reinventarnos.


---------------------------------------


"Los mismos pensamientos siempre conducen a las mismas elecciones, las mismas elecciones conducen al mismo comportamiento, los mismos comportamientos conducen a las mismas experiencias y las mismas experiencias producen las mismas emociones. Al final, las mismas emociones producen los mismos pensamientos.



Rompe el ciclo".





Joe Dispenza.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

¡Sal de ahí!

Hace poco tuve un sueño…

Un Domingo cualquiera.