Solo apunta a la luna.

El fin de semana pasado tuve una conversación muy bonita con Linda. Hablábamos del momento de vida en el que nos encontramos, y de cómo han cambiado tantas cosas para bien en nuestra historia. De cómo situaciones que ni siquiera imaginábamos aparecieron en un plazo muy corto y de las posibilidades que hoy se abren para nuestro futuro. También me hizo reflexionar sobre lo importante que es detenerse a apreciar el paisaje del lugar al que hemos llegado, antes de evaluar el horizonte y definir el próximo destino. Y sí, tiene razón. Existe este temor constante, difícil de vencer, a que detenernos nos haga perder la inercia. Hace poco vi una entrevista que le hace Oso Trava a Diego Boneta, y en una parte de la charla, Diego menciona cómo nuestras mayores virtudes también pueden ser nuestros mayores defectos. Y es un buen punto en el cual pensar. No siempre fue así, pero en algún momento de mi vida me volví una persona profundamente determinada en perseguir sus anhelos. Y aunque esto pu...