Atrévete a ser quien eres.

 "𝘌𝘴 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘴𝘪𝘣𝘭𝘦 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳𝘢𝘳 𝘦𝘯 𝘢𝘭𝘨𝘰 𝘺 𝘭𝘶𝘤𝘪𝘳 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘢𝘭 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰. 𝘋𝘢𝘵𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘴𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘱𝘳𝘪𝘯𝘤𝘪𝘱𝘪𝘢𝘯𝘵𝘦.


𝘚𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘤𝘢𝘱𝘢𝘻 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘮𝘢𝘭 𝘢𝘳𝘵𝘪𝘴𝘵𝘢, 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴 𝘰𝘱𝘰𝘳𝘵𝘶𝘯𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘴𝘦𝘳 𝘶𝘯 𝘢𝘳𝘵𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘺, 𝘲𝘶𝘪𝘻á, 𝘢 𝘵𝘳𝘢𝘷é𝘴 𝘥𝘦𝘭 𝘵𝘪𝘦𝘮𝘱𝘰, 𝘶𝘯𝘰 𝘮𝘶𝘺 𝘣𝘶𝘦𝘯𝘰".


Julia Cameron. The artist way.


Jim Rohn decía que el éxito deja huellas, y que si prestas la suficiente atención, las identificas y las sigues, es solo cuestión de tiempo para que también lo encuentres. ¿Cuáles son los hábitos de las personas exitosas?, ¿cómo hablan?, ¿cómo tratan a sus semejantes?, ¿en qué basan sus decisiones?, ¿cómo gestionan el estrés?, ¿a qué le temen? 


Estos y un sinfín más de cuestionamientos son los que seguramente surgirán en ti en tu búsqueda hacia un mejor tú, cuando empiezas a observar modelos a seguir. Y es común, al inicio, cuando tratas de demostrar tu valía y comunicar que estás listo para lo que sea que estés enfrentando, que imites el estilo del liderazgo que parece resolver esos retos, aunque ello signifique sacrificar tu esencia. Y no tiene porqué ser así. Puedes permitirte ser un principiante, está bien equivocarse. Al único verdugo al que debes temer es al interno y solo tú puedes controlarlo.


Es a través de las pequeñas mejoras sostenidas en el tiempo que desarrollarás esas habilidades a las que aspiras hoy. Pero son habilidades, no valores, creencias, ni los principios que fundamentan nuestra personalidad. El liderazgo es una expresión de tu verdadera esencia, no una máscara que portar. Y el líder genuino busca inspirar y motivar a otros siempre en congruencia con su integridad, busca potenciar sus cualidades más auténticas, incluso ante los desafíos y presiones externas, lidera desde el corazón.


Todos conocemos a Mike Tyson, y no sé si lo hayan visto en esta etapa de su vida, pero es un Mike muy diferente al feroz boxeador que conocimos. Mike narra que en sus inicios, en su búsqueda del éxito, basó mucho su estilo en Roberto Durán. Encontró entonces muchas similitudes en el estilo de Durán que pudieran acomodarle de manera conveniente e hizo uso de ellas. Durán era el diablo personificado en el deporte que se desenvolvía, era crudo, malvado, indecente y no tenía piedad por su oponente. Tyson imitó el estilo de Durán y lo exponenció. Pero también Mike, en su soledad, lloraba antes de cada pelea. Y lloraba porque no le gustaba ser él, ni lo que el éxito que encontró atraía para él. Envidia, celos, culpa, vicios, vacío y eventualmente el encarcelamiento. Afortunamente la vida le permitió una segunda oportunidad.


No es fácil. Porque frecuentemente lo mejor no es lo más popular, ni lo más rápido. ¿Pero qué en esta vida que valga la pena es fácil? El crecimiento personal requiere reflexión, introspección, un autoconocimiento profundo y una voluntad inquebrantable de mantenerse fieles a nuestra identidad mientras persigues tus ideales. Y en ocasiones, surgirán destellos de esperanza al ver a aquellas personas que se abren camino así, y te recordarán que es posible.


Como nos regala uno de mis podcasters favoritos, Fernando Suárez Serna aka el Bandido Diamante: "Tenemos que demostrarnos que podemos ser lo que somos, y no lo que los demás quieren que seamos".




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