El ojo de tigre.

Antes de trabajar en Pepsico, trabajé por dos años y medio para Ryder, seis meses en Ramos Arizpe y el resto en San Luis Potosí. Ya en San Luis, recuerdo en alguna ocasión el responsable de la operación y padrino mío (se volvió mi padrino ya cuando trabajaba allá, historia para otro día, nada de nepotismo por aquí), Gabriel, me contó la metáfora del perro flaco. En resumen, el perro flaco es aquel animal, que a diferencia del perro gordo que ya se encuentra satisfecho, se lanza por el hueso sin distracciones. No importa si lo tiene enfrente o si ni siquiera lo ve, si el perro tiene hambre, con toda determinación encontrará la manera de llegar a este. Porque al igual que en el mundo real, no existe competencia alguna entre un individuo con hambre y alguien que carece de ella. Y si bien el hambre es causa de la escasez, también puede provocarse a voluntad. Arnoldo de la Rocha, fundador del Pollo Feliz, menciona que en su caso, lo que motivó su impulso fue el hambre primaria. Y...