El sesgo de tu realidad.

 Estaba escuchando en Creativo una charla con el Cojo Feliz, donde el Cojo hablaba acerca de cómo el viajar, leer, vivir nuevas experiencias y exponerte a nuevos entornos te ayuda a ampliar tu perspectiva, exponencía tu creatividad y te permite nuevas piezas para moldear tu realidad. 

Y esto me recordaba un poco a aquella escena de la película Hombres de Negro II en la que Tommy Lee Jones lleva a Will Smith al área de los casilleros, mismos que utilizan para almacenar toda clase de artefactos y dispositivos alienígenas. Ya en el área, al abrir una puerta, descubren que afuera existe un mundo de alienígenas gigantes y que su mundo, nuestro mundo, habita dentro de un mismo casillero. ¿Imaginan lo impactante y revelador descubrir algo así? Y no está tan alejado de la realidad. 

Stephen Hawking decía que somos una de las ocho mil millones de personas que habitan este planeta de menor tamaño que una estrella promedio. Planeta situado en uno de los miles de millones de sistemas solares que hay en una de las dos billones de galaxias que se estima existen en el universo. ¿En qué perspectiva pone esto a nuestro entorno y en qué medida amplifica esto nuestras posibilidades? 

Y es que todos hemos pasado por experiencias en las que nos ha tocado derribar algún paradigma que limitaba nuestra realidad y de ahí en adelante nuestras opciones cambiaron. Al adquirir nuevo conocimiento, desarrollar alguna nueva habilidad, involucrarte en un círculo social diferente, mudarte de ciudad, explorar una nueva cultura, aprender un nuevo idioma, entender la filosofía de vida de otras personas, observar cómo piensan y actúan quienes han alcanzado el éxito en cierto ámbito, etc. Y es muy común vivir todo esto conforme vamos creciendo, porque existe un campo muy amplio de lo que se considera nuevo a nuestro alcance. 

El problema viene cuando a cierta edad, empezamos a valorar mucho más nuestra comodidad y limitamos más nuestras opciones de cambio, porque estas opciones requieren ya un sacrificio más importante. Y olvidamos que permitirnos explorarlas nos da acceso a una posibilidad infinita de caminos en la medida en la que continúas explorando. Siempre tenemos qué tener en cuenta que al retirar esa cortina que limita nuestra realidad, hay un mundo nuevo por conocer. Y está en nosotros el retirarla. 

Porque al retirar el sesgo de nuestra realidad y el mundo se ve nuevo, nuestro cerebro despierta.