¡Light weight, baby!
Soy fanático del bodybuilding ya de muchos años atrás. Y en este deporte, los que conocemos, sabemos que el "king" por meritocracia es Ronnie Coleman.
Para aquellos ajenos al tema, Ronnie tiene una frase icónica que exclama justo antes de iniciar una serie y machacar a su cuerpo bajo pilas y pilas de hierro:
¡𝑌𝑒𝑎𝘩 𝑏𝑢𝑑𝑑𝑦, 𝑙𝑖𝑔𝘩𝑡 𝑤𝑒𝑖𝑔𝘩𝑡, 𝑏𝑎𝑏𝑦!
Y resulta incluso hasta gracioso escuchar aquel tono de voz tan agudo que emite un tipo con semejante masa de músculos capaz de levantar 380 kilogramos en sentadilla libre. Y es común escuchar de cuando en cuando en el gimnasio alguno que otro individuo exclamar dicha frase en búsqueda de motivarse ante la hazaña que tiene enfrente, incluyéndonos a Santiago y a mí.
Hace unos días me anoté en mi Google Keep la siguiente idea que escuché por ahí: El ser humano solo es capaz de entender y apreciar la vida a través del contraste.
Gran idea.
Y es que realmente no conoces el valor que tiene el levantar 120 kilos en press de banca si no viviste el largo proceso a través de los años desde los primeros 40 kilos. No valoras el amor y paz que te brindan tu esposa y tus niños si no has vivido la incertidumbre de una relación caótica o el vacío de un corazón incompleto. No conoces el orgullo y la satisfacción de proveer a los tuyos con aquello que algún día veías imposible comprar sin desestabilizar tus finanzas, y no aprecias la comida de la misma manera si no has sufrido hambre.
Los seres humanos por naturaleza tendemos a adjudicar valores a nuestro entorno para entenderlo y, definitivamente, no otorgamos el mismo valor al fruto que cosechamos sin haber participado en la siembra.
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"𝑈𝑛 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑝𝑜 𝑒𝑛 𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎, 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑡𝑟𝑎𝑛𝑞𝑢𝑖𝑙𝑎 𝑦 𝑢𝑛𝑎 𝑐𝑎𝑠𝑎 𝑙𝑙𝑒𝑛𝑎 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑜𝑟. 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑛𝑜 𝑠𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑛 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑟𝑎𝑟, 𝑠𝑒 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒́ 𝑔𝑎𝑛𝑎𝑟".
Naval Ravikant.
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En términos profesionales, el año pasado en nuestra área se vivió un proceso muy complicado. No estábamos entregando los resultados de servicio esperados, teníamos un problema muy importante de sobrecostos qué resolver y bajo un entorno en el país que no favorecía hacerlo. Ni hablar de las expectativas que se tenían sobre nosotros.
Lo intentamos, avanzamos, nos tropezamos y nos levantamos. Trabajamos mucho, formamos el equipo correcto, elaboramos la estrategia adecuada, creamos los lazos de confianza necesarios para mantener al equipo unido y enfocado y hoy, en nuestra sesión de comunicación de resultados, fui testigo una vez más del valor en el contraste.
Y es que me llena de orgullo el haber cerrado un gran mes en el negocio en el que se deja ver el resultado de todo el esfuerzo y del trabajo de todo el equipo. Está más que claro que aún hay mucho por hacer y, hacia adelante, seguirán presentándose retos que pondrán a prueba nuestra creatividad y resiliencia. Pero también estoy seguro que tenemos a las personas adecuadas, la pasión y un gran liderazgo que nos permitirá seguir demostrando de qué estamos hechos y que ante la enorme hazaña que tenemos enfrente no nos quedará más que exclamar:
¡𝐘𝐞𝐚𝐡 𝐛𝐮𝐝𝐝𝐲, 𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐰𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭, 𝐛𝐚𝐛𝐲!
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"𝐸𝑛 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑎𝑑𝑣𝑒𝑟𝑠𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑦 𝑐𝑎𝑚𝑏𝑖𝑜 𝑒𝑠 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑢𝑏𝑟𝑖𝑚𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑖𝑒́𝑛𝑒𝑠 𝑠𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑒𝑛 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑. 𝑌 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑒́ 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑚𝑜𝑠 𝘩𝑒𝑐𝘩𝑜𝑠".
Howard Schultz.
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