Lo dorado desvanece.

Ayer fuimos al concierto de José Madero en la Arena CDMX, muy buen concierto y muy buen lugar. En Junio del año pasado Linda y yo fuimos a verlo en el Auditorio Nacional, pero ahora nos llevamos a los niños para que disfrutaran la experiencia. Obviamente de tanto y tanto ya se saben las canciones.


El repertorio estuvo de lujo, pero me quedé con ganas de escuchar de nuevo en vivo Lo Dorado desvanece.


Es una canción de suma melancolía y pudiera notarse incluso depresiva, pero refleja en palabras de Pepe el Síndrome del Impostor. Un mal más común de lo que pudiéramos imaginarnos.


"𝘕𝘰 𝘩𝘢𝘨𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘴𝘰 𝘢 𝘦𝘴𝘢 𝘷𝘰𝘻, 𝘺𝘰 𝘦𝘯𝘵𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰, 𝘦𝘭 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘫𝘰 𝘫𝘢𝘮á𝘴 𝘵𝘦 𝘩𝘢 𝘩𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘩𝘰𝘯𝘰𝘳. 𝘠 𝘴𝘪𝘯 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘨𝘰, 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥é 𝘥𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘢𝘮𝘰𝘳.

𝘖𝘩, 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘨𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘴𝘰 𝘢 𝘦𝘴𝘢 𝘷𝘰𝘻, 𝘺𝘰 𝘵𝘦 𝘫𝘶𝘳𝘰 𝘮𝘢ñ𝘢𝘯𝘢 𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘵𝘦𝘯𝘥𝘳á 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘤𝘰𝘭𝘰𝘳. 𝘠 𝘴𝘪𝘯 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘨𝘰, 𝘯𝘰 𝘴𝘰𝘺 𝘺𝘰 𝘦𝘭 𝘱𝘪𝘯𝘵𝘰𝘳".


Y es que es increíble como a lo largo de nuestra vida tomamos en cuenta tanto las opiniones de los demás, al grado de permitir que nos marquen emocionalmente. Incluso cuando, para ellos, no somos relevantes en absoluto. Porque en realidad, no le importamos tanto a nadie. Y es fácil encubrir las inseguridades con artilugios sociales y mostrarte al público, pero apagar el ruido interior, aprender a gestionarlo, ese es realmente el dorado a encontrar.


"𝘖𝘩, 𝘯𝘰 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘴𝘤𝘢𝘱𝘢𝘳, 𝘴𝘪𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳𝘮𝘦 𝘤𝘢𝘱𝘢𝘻 𝘥𝘦 𝘢𝘮𝘢𝘳𝘵𝘦, 𝘢𝘶𝘯𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘱𝘪𝘦𝘥𝘢𝘥. 𝘠, 𝘴𝘪𝘯 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘨𝘰, 𝘯𝘰 𝘭𝘰 𝘭𝘰𝘨𝘳𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘻á".



Comentarios

Entradas más populares de este blog

All my loving...

Cerrando círculos.