Define tu techo.

 Existe un término que conocí en el mundo laboral y que utilizábamos hace algunos años cuando nos encontramos frente a un proyecto o alguna situación que conlleva una decisión complicada. Pero en dicha evaluación y, ante el temor de errar nuestra decisión o en el afán de controlar todos los detalles, terminamos sobre-pensando sin permitirnos iniciar: parálisis por análisis. 


Superar el abrumamiento que deriva en esta parálisis puede resultar una situación compleja. Yo soy un consumidor asiduo de todo aquello que tenga qué ver con el crecimiento personal y me gusta visitar las historias de personas que han logrado trascender en distintos ámbitos. En estas historias, no es difícil encontrar similitudes en ciertos aspectos de la estela que deja a su paso el éxito que alcanzaron. Uno de ellos es la capacidad de llevar a la acción una idea, por precoz que parezca. Leí por ahí de James Clear una reflexión que me parece genial: 


"𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘴 𝘦𝘮𝘱𝘦𝘻𝘢𝘥𝘰, 𝘦𝘯𝘵𝘰𝘯𝘤𝘦𝘴 𝘵𝘰𝘮𝘢𝘳 𝘢𝘤𝘤𝘪ó𝘯 𝘦𝘴 𝘮á𝘴 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘦𝘫𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢𝘵𝘦𝘨𝘪𝘢. 𝘗𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘪 𝘺𝘢 𝘵𝘰𝘮𝘢𝘴𝘵𝘦 𝘢𝘤𝘤𝘪ó𝘯, 𝘦𝘯𝘵𝘰𝘯𝘤𝘦𝘴 𝘢𝘴𝘦𝘨𝘶𝘳𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳 𝘵𝘳𝘢𝘣𝘢𝘫𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘰 𝘤𝘰𝘳𝘳𝘦𝘤𝘵𝘰 𝘦𝘴 𝘮á𝘴 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘳𝘢𝘣𝘢𝘫𝘢𝘳 𝘥𝘶𝘳𝘰.


𝘌𝘮𝘱𝘦𝘻𝘢𝘳 𝘥𝘦𝘧𝘪𝘯𝘦 𝘵𝘶 𝘱𝘪𝘴𝘰, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘭𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢𝘵𝘦𝘨𝘪𝘢 𝘥𝘦𝘧𝘪𝘯𝘦 𝘵𝘶 𝘵𝘦𝘤𝘩𝘰". 


Gran idea. 


Y entiendo que en la actualidad ante la saturación de información y amplia variedad de opciones, es difícil tomar una decisión, pero si no nos permitimos iniciar, nos cerramos a la posibilidad de materializar nuestro proyecto en su forma más pura, madurarlo y crecer junto con este. Porque aventurarte te permite también desarrollar habilidades y enfrentarte a situaciones que seguramente no tenías previstas y así realizar las calibraciones correspondientes para continuarlo. 


Iniciar requiere de un gran esfuerzo. Pero una vez el proyecto haya generado tracción, el esfuerzo no genera el mismo resultado conforme se avanza. Y aquí es donde entra en juego la estrategia y nuestra capacidad de identificar qué variables afectar para exponenciar el desarrollo. 


Por mucho tiempo postergué el escribir y plasmar mis pensamientos porque no encontraba la gran idea y porque necesitaba primero mejorar mi escritura. Ahora entiendo que no hay mejora sin práctica y, si no iniciaba, nunca iba a suceder. Y en este pequeño viaje he ido aprendiendo a conocerme y desarrollar mi estilo. Empezar define tu piso.


Y aunque en esto no tengo un fin concreto, en mi experiencia he aprendido que el esfuerzo siempre paga, pero la constancia, la resiliencia y la suma de pequeñas decisiones acertadas, generan un efecto compuesto. 


La estrategia define tu techo.




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