La paradoja del miedo.

   - He pasado toda mi vida asustado. Preocupado de lo que podría pasar, que pudiera o no pasar. Cincuenta años, los he desperdiciado así. Despertándome a las tres de la mañana con un vacío, ¿pero sabes qué? Desde mi diagnóstico, he dormido muy bien.

Me he dado cuenta que el miedo es lo peor de todo, el miedo es el verdadero enemigo. Así que, levántate, sal al mundo real, y golpea a ese bastardo tan fuerte como puedas, justo en los dientes. -

Walter White. Breaking Bad.

El miedo es una emoción poderosa. Y como tal, influye de manera importante en nuestro proceso de toma de decisiones. Y es natural sentirlo, porque en esencia, el miedo busca protegernos de los peligros para mantenernos a salvo y nos ayuda a estar alertas a ellos.

Pero paradójicamente, también puede ser uno de los más grandes obstáculos que nos impida avanzar y alcanzar nuestro máximo potencial. El miedo puede hacernos sentir inseguros y temerosos del fracaso. Puede alentarnos a refugiarnos en nuestra zona de confort e invitarnos a evitar oportunidades de crecimiento y aprendizaje. Nuestro mecanismo natural de protección, puede ser también nuestra mayor limitante y en consecuencia, colocarnos en una situación de peligro por inacción.

Leí hace poco que el noventa por ciento de las cosas que nos preocupan, nuestros miedos, jamás suceden. Sin embargo están ahí, en nuestra mente. Influencían nuestro comportamiento y afectan nuestras emociones. Pero al ser una creación interna que existe solo en nuestra imaginación, somos los únicos capaces de enfrentarlos. Para ello, lo primero que tenemos que hacer es reconocerlos como tal, como una ilusión que se interpone en el camino de nuestros sueños.

Balboa dice que el miedo te mantiene vivo, te mantiene despierto y te hace sobrevivir. Pero debemos aprender a controlarlo, porque el miedo es como el fuego y arde desde nuestro interior; y si lo controlas, te mantendrá caliente. Pero si permites que este te controle a ti, te consumirá y destruirá todo lo que te rodea.

Y existe solo una manera para vencer tus miedos, enfrentándolos. No sin este, sino a pesar de este. Hazlo a pesar del miedo. Hasta que la continuidad a la exposición disipe la emoción. Pero tienes qué atreverte a pasar a través de él. Conquistarlo.

Verás que en la medida en la que tus temores se desvanezcan, abrirás espacio para tu crecimiento y transformación personal. Y descubrirás un mundo nuevo de posibilidades, algunas de ellas inimaginadas, que contribuirán en gran medida a que tengas una vida más plena. También es cierto, siempre existirá la posibilidad de que las cosas salgan mal, pero como escribió Marco Aurelio: "No es la muerte a lo que debemos temer, sino a nunca haber empezado a vivir".

Y el costo que implica el atrevernos a hacerlo, siempre será menor al costo del arrepentimiento de lo que pudo haber sido y no fue. Mereces grandeza. Así que golpea a ese bastardo justo en los dientes y ve por ella.



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