La virtud de la paciencia.

 Esta semana escuché la más reciente entrega de Dementes Podcast con un gran invitado, Víctor Castañeda. Víctor es un emprendedor mexicano enfocado en el sector corporativo donde a través del mentalismo y el asombro motiva a los equipos de trabajo a abrir su perspectiva y romper los esquemas tradicionales para alcanzar nuevos objetivos. En este episodio Victor nos habla de como conoció, desarrolló y profesionalizó su pasión por la magia, así que les aseguro que encontrarán grandes perlas de sabiduría en él. Totalmente recomendado. 


Particularmente, hay una parte en donde habla del desarrollo del bambú que resulta muy interesante. El crecimiento del bambú, ante el mundo exterior y durante sus primeros siete años de vida, pareciera decepcionar por su aparente ausencia. Sin embargo, durante este largo tiempo la planta se desarrolla hacia adentro. Y si la nutrición continúa y se le da espacio al proceso, el bambú construye raíces fuertes y prepara cimientos sólidos para que una vez esté listo para salir al mundo y brillar, su crecimiento sea exponencial, alcanzando incluso hasta veinticinco metros en cinco meses. Linda metáfora.


Al igual que el bambú, nosotros también atravesamos fases de desarrollo internas antes de que nuestro crecimiento exterior se evidencíe. Y la paciencia juega un rol fundamental aquí, porque los resultados de impacto requieren de tiempo y dedicación. Y al continuar trabajando en tu aprendizaje sin retribución sustancial en el corto plazo, y esperar con paciencia y fé, permitimos que las raíces de nuestros esfuerzos se fortalezcan y que nuestras habilidades y conocimientos se nutran lo suficiente para enfrentar el mundo con una base sólida. Y esta base nos permitirá posteriormente enfrentar las adversidades y resurgir de ellas cuando lo exterior se derrumbe.


En ocasiones la presión social, las expectativas que los demás recargan en nosotros e incluso el autocomparar nuestro avance con el de terceros, nos genera frustración y es, evidentemente, desmoralizante. Brooks decía que así como la gestación de un humano necesita nueve meses y es imposible que nueve mamás habiliten la gestación en un mes, debemos respetar el tiempo de cada proceso. Y necesitamos entender que cada uno de nosotros vive sus propios procesos y requiere un tiempo distinto para desarrollarse. No podemos forzar la maduración de nuestras metas y aspiraciones, pero lo que sí podemos es enfocarnos en nuestro crecimiento personal, trabajar en silencio, callar el ruido externo y cultivar la virtud de la paciencia. Para en el momento adecuado, salir al mundo y demostrar no al resto, sino a nosotros mismos, que el esfuerzo sostenido y el tiempo pagan con grandes resultados.


Pero sí tenemos que tener bien claro, que durante esta larga jornada de espera, es primordial el no desistir en trabajar en nosotros, porque como escribió Dale Carnegie: "Si no estás en el proceso de convertirte en la persona que quieres ser, automáticamente te estás convirtiendo en la persona que no quieres ser."




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