El modelo del Ser, Hacer, Tener.

 "La mayoría de las personas intentan cambiar su comportamiento externo sin reconocer que su mundo externo es creado y perpetuado por su mundo interno."


Jim Fortin.


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Esta semana descubrí un gran episodio en un podcast que tienen que escuchar: Transforming your life from the inside out by Jim Fortin. En este, Jim nos habla de un modelo bajo el que la mayoría de nosotros operamos y que él titula El Modelo del Ser, Hacer, Tener. 


Este modelo básicamente explica que cuando nos trazamos en nuestra vida algún objetivo, en cualquiera de los aspectos de esta, la mayoría de nosotros pensamos bajo un esquema tradicional de Tener, Hacer, Ser. Es decir:


1. Cuando tenga dinero podré hacer todo aquello que quiero y entonces seré feliz.

2. Cuando tenga este puesto podré hacer esto en la compañía y entonces seré exitoso.

3. Cuando tenga este peso podré hacer todas estas cosas y entonces seré una persona con gran autoconfianza.


Jim nos propone invertir este enfoque y provocar nuestra realidad desde el modelo Ser, Hacer, Tener. Tu aspiración debe ser el convertirte en la persona que tiene aquello que deseas tener. Adoptar la mentalidad, creencias y comportamientos de esa versión de ti mismo que ya consiguió los resultados que deseas. Y ahora, a partir de esta nueva identidad apropiada, empezar a hacer lo que esa persona haría. Provocarte esos hábitos que una persona con la mentalidad que ahora posees tendría. Y finalmente, como consecuencia del Ser y Hacer, el Tener se manifestará inevitablemente en tu vida. 


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"La identidad es el factor más poderoso en la psicología humana. Actuarás de acuerdo con quien crees que eres, no con lo que deseas."


Tony Robbins.


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Tu objetivo primordial debe ser convertirte en esa persona que tiene aquello que deseas, para después hacer lo que esa persona hace y, con ello, tener la vida que esa persona tiene.


Porque lo que nos hace valiosos no es lo que conseguimos en nuestra vida, lo que nos hace valiosos es la persona en la que nos convertimos. Las habilidades que adquirimos, los valores que adoptamos, la disciplina que forjamos, la resiliencia, nuestra actitud ante la vida, el cómo vemos y afrontamos las derrotas, nuestra capacidad de sacrificar; esto es lo que realmente nos consigue lo que queremos. 


Y podemos estar contentos o no con lo que tenemos, pero es innegable aceptar que nuestra situación económica, la calidad de nuestras relaciones, nuestro estado físico, nuestro estado emocional y nuestro estatus profesional son todos consecuencia de nuestra identidad personal, de aquello que creemos que somos.


Pero, ¿cómo podemos podemos convertirnos en esa persona y adquirir esa mentalidad si mi realidad no refleja lo que creo ser?, ¿la mentalidad es consecuencia de nuestra realidad o nuestra realidad es consecuencia de la mentalidad? Jim Rohn nos decía que en lo que nos convertimos nos ayuda a conseguir, y aquello que conseguimos nos ayuda reforzar nuestra identidad. Y entre más crecemos como personas, más podemos conseguir, y entre más conseguimos, más grandes podemos ser. Las posibilidades son tan grandes como el techo de nuestra imaginación.


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"Actúa como la persona que deseas ser, y eventualmente te convertirás en ella."


Bob Proctor.


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Entonces, si quiero ser más, ¿tengo qué fingir ser más? En mi adolescencia hubo una etapa en la que mi hermano y yo nos involucramos en el skateboarding. En aquellos años utilizábamos un término en un sentido despectivo para referirnos a aquellos que fingían ser skaters, pero sus habilidades no eran congruentes con lo que mostraban ser, los llamábamos posers. El poser era aquel que se vestía como skater, usaba el lenguaje de skater, cargaba su skate y se reunía con los skaters, pero no sabía patinar. 


Todos iniciamos siendo posers, incluso sentías una desconexión entre lo que decías ser y lo que eras, algún tipo de incongruencia entre tu realidad y tus pensamientos. Pero en la medida en la que empezabas a avanzar en el desarrollo de tus habilidades, que empezabas a destrabar trucos, a sentirte más natural en tu actuar, esa incongruencia se desvanecía. Algunos desertaban muy rápido en el camino entre el ser y tener, pero los que que perseveraban y con cada pequeño logro reforzaban aquello que decían ser, sin darse cuenta en algún momento internalizaban esa nueva identidad y se apropiaban de ella. 


Y de aquellos que en el camino desistieron, no es que en un inicio no fueran aquello que decían, simplemente al dejar de hacer imposibilitaron materializar el tener. Tienes qué permitirte el tiempo para internalizar tu nueva identidad. No podemos crear nuestro mundo externo desde afuera, tenemos qué aprender a crear nuestra realidad desde nuestro mundo interior. 


Pero todo esto, debe empezar con las preguntas: 


- ¿Qué es aquello que quiero?

- ¿Qué hacen esas personas que ya tienen aquello que quiero?

- ¿En qué clase de persona me tengo qué convertir para obtener lo que quiero?




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