La teoría del tren ajeno.

   ¿Estás tú dirigiendo tu viaje o simplemente eres pasajero en el viaje de alguien más?

Estaba escuchando en la semana una charla en Cracks con Waldemar Franco, empresario hotelero mexicano y apasionado de la vida. En una parte de esta, Waldemar nos habla de qué estrategia utiliza él para retomar el mando de su vida cuando siente que su andar es simplemente producto de la inercia. Y dado que lo que a él le funciona para encontrarse a sí mismo nuevamente es irse de viaje a la naturaleza, referencía esto a que cuando sientas que estás abordo del viaje de alguien más, provoques un alto en el camino y tomes tú el mando. Que seas el dirigente de tu propio viaje.

Esto me recordó a una práctica de reflexión que relizaba Steve Jobs. Steve contaba que por las mañanas se paraba frente al espejo y se hacía la siguiente pregunta: ¿Si hoy fuera el último día de mi vida, querría hacer lo que voy a hacer hoy? Y cuando la respuesta a esto era no, durante muchos días seguidos, él sabía que era momento de realizar algún cambio, de tomar responsabilidad sobre su vida.

Y es que es muy fácil dejarse llevar por las obligaciones del día a día y en nuestro tiempo libre callar esa voz interna con actividades banales, permitir el paso del tiempo y de cuando en cuando lamentarnos de lo que pudo ser y no fue. Pero no merecemos eso. Tenemos el poder y la responsabilidad de tomar decisiones y forjar nuestro propio camino.

Debemos permitirnos la experiencia de dejar de ser simples espectadores y convertirnos en los orquestadores de nuestra propia historia. De dar nuestro gran concierto. Y es complejo, porque no podemos controlar todas las circunstancias externas; sin embargo, sí podemos elegir cómo responder a ellas. Podemos decidir entre ser pasivos y dejar que otros tomen las decisiones por nosotros, o podemos asumir la responsabilidad de dirigir nuestra vida según nuestros valores y deseos.

Tenemos qué soñar. Y luchar por nuestros sueños. Incluso cuando el camino se vuelve incierto y desafiante. Tenemos qué hacer más cosas que nos hagan felices. Aprender de nuestros errores y utilizar esas experiencias como oportunidades en nuestro viaje de crecimiento. Y a medida que te adentras en esa travesía, conoces la satisfacción que brinda una vida donde tus decisiones reflejan tu verdadero ser, tu esencia. Porque nuestro tiempo es finito y no debemos malgastarlo en el vagón de alguien más.

Inicialmente iba a finalizar este post con otra frase de Jobs, pero precisamente hoy vimos una película muy bonita de la que me quedo estas lineas ad hoc al tema:

"Vivir no es fácil, a veces los momentos son complicados, a veces son hermosos o aterradores. Y en ocasiones son simplemente raros. Pero si logras superar tus propios miedos y las expectativas de todos los demás, la recompensa es tu propia vida".




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