Are you really my friend?

No tengo muchos amigos, los puedo contar con los dedos de una mano (y hasta me sobran dedos…).

Y con amigos me refiero a aquellos que están contigo en las buenas y en las malas, aquellos con los que la relación de amistad no se ve deteriorada por una pelea.

Hace poco traicioné a una amiga. Sí, la regué. No debí hacerlo, fue un acto impulsivo de esos que casi no me pasan…

No es necesario explicar mis motivos, ella los conoce.

El punto es que me disculpé, de corazón, me disculpé. Y sé que las cosas no pueden regresar a como eran antes de un día para otro, sé que necesito recuperar su confianza, pero, es necesario que me esté pisoteando?

No sé, quizá yo estoy mal. Digo, sé que hice mal y debo pagar por ello, pero si ella me hubiera hecho eso a mí, una simple disculpa me hubiera bastado.

Una simple disculpa y la recibiría con los brazos abiertos.

Y gracias niña, gracias por apoyar mi relación con ella en su tiempo, gracias por apoyarme cuándo sólo quería que alguien me escuchara, gracias por invitarme a tu ciudad y planear tantas cosas. Gracias por estar ahí…

Pero esto no era necesario.

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“Perdóname si lo que te dije te molesto pero así es.

No esperes que pueda retomar la amistad como la teníamos antes asi de sencillo....

Y lo que dije que no me interesa.. pues no me interesa porque los dos ya están grandes y saben lo que hacen...

Si te molesto tanto entonces ya sabes que hacer

Adiós”