Date la oportunidad de ser un principiante, nadie inicia siendo un experto.

¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez? Hace algunas semanas vi esta frase y me ha estado rondando la cabeza.

Me invitaron nuevamente a CDMX para un rol en el que voy a tener qué iniciar como principiante en un área que no he administrado. Y aún y cuando al principio se rompió la comodidad de mi zona de confort y despertó mis miedos, aquí voy. Y muy emocionado, por cierto.

Una de mi series favoritas; Héroes, tenía a un personaje llamado Sylar (del cuál utilicé su imagen como foto de mi perfil en what’sapp mucho tiempo, jaja). Sylar era un personaje sombrío y que “robaba” las habilidades sobrehumanas al resto y para hacerlo, tenía que abrirles la cabeza y ver su cerebro para observar y entender cómo funcionaba esta e interiorizar el aprendizaje en sí mismo. Observar, entender cómo funcionaba y hacerlo…

Es una metáfora muy buena del aprendizaje. Amo aprender. Desde muy chico me he expuesto a experiencias y situaciones que me obliguen a pasar ese umbral de lo desconocido y me ayuden a crecer personalmente. Todo por pequeño que sea a través de los años trae grandes beneficios. Y todo con el único objetivo de ver qué tan lejos puedo llegar y averiguar cuál es mi mejor versión.

Porque es claro que nunca sabrás de lo que eres capaz si no te das la oportunidad de intentarlo. Y en la medida en la que he crecido personalmente, en la que mi personalidad se ha ido moldeando, mis circunstancias externas y entorno también han sido beneficiados. Mi realidad ha cambiado.

No sé que nos depara, pero tener el respaldo de Linda me da la suficiente seguridad para continuar experimentando. Iniciamos juntos hace once años esta aventura y ahora somos cuatro y cada vez se pone más divertido.

"Tu nivel de éxito es proporcional a tu nivel de desarrollo personal, o como me gusta decir, tu desarrollo personal es tu destino".

- Jim Rohn.



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